lunes, 21 de julio de 2008

EL NO DE COBOS Y LA UCR

CUATRO INTERESANTES APORTES AL DEBATE
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De Radicales y ex radicales: La actitud de Cobos y el "Panrradicalismo"
Por Diego Barovero


En julio de 1981 la revista Todo Es Historia dedicó su edición a los noventa años del radicalismo y en él su director el maestro Félix Luna publicó un artículo titulado "Los ex radicales".

La nota relata con amena prosa las escisiones y deserciones que lo largo de su -entonces- casi un siglo de existencia había afrontado la UCR. Lejos de ofrecer al lector una interpretación dogmática o cerrada acerca de las causas y los motivos de los diversos alejamientos del viejo partido protagonizados por importantes figuras de la vida nacional, el mismo "Falucho", en el epílogo de su artículo, se considera a sí mismo un ex radical que reconoce la frustración y la tragedia que significó semejante ruptura, aunque no lo considera indecorosa ni merecedora de reprobación. Algunos años después y ya con la democracia plenamente restituída en la vida de los argentinos, don Félix Luna volvió a sentirse contenido en las filas radicales para orgullo de quienes formamos parte de ellas.

La referencia al artículo, en lo que respecta al sentido de estas líneas, se centra en el comienzo, en el que anota Luna:
"-Cuando alguien, a cierta altura de su vida, se hace radical, no es que se haya hecho: es que era y no lo sabía...
"Esta aserción, acuñada en algunas de esas infinitas tertulias donde los radicales debaten interminablemente las esencias de su partido, puede complementarse con otra:
"-Cuando alguien, a cierta altura de su vida, deja de ser radical, no es que haya dejado de serlo: no era radical, pero hasta ese momento lo ignoraba...
"Y también podría agregarse, por vía de corolario:
"-De todos modos, aunque haya dejado de ser radical, algo de radical le quedará hasta el fin de sus días...".
La cita vale para analizar siquiera desde la perspectiva histórica y sociológica la actitud que le valió por estos días al vicepresidente de la Nación Julio Cobos el reconocimiento de gran parte de la ciudadanía, y en muchos casos el de sus ex correligionarios radicales (si se considera válida y legítima la existencia del pronunciamiento de un organismo interno partidario que dispuso su expulsión "de por vida" del padrón de afiliados del partido fundado por Alem) al desempatar en la votación del Senado sobre el tratamiento del proyecto de ley de las retenciones móviles en sentido contrario al interés del gobierno que integra y en conjunto con el arco opositor.

Espero que se entienda aquí bien lo que se intenta plantear. No es una revindicación de la persona ni del comportamiento político de Julio César Cleto Cobos en su totalidad, porque implicaría además una rectificación del juicio que nos mereciera oportunamente la determinación de éste y el conjunto de radicales que eligieron acercarse a los favores oficiales durante la presidencia de Néstor Kirchner en detrimento de la posibilidad de reconstruir el sistema bipartidista sobre el que se asienta el régimen democrático argentino, al renunciar a la opción de fortalcer al radicalismo como opción competititiva y fuerte, capaz de enfrentar y derrotar al justicialismo gobernate.

Ello no obstante, vale aquí aclarar que la conducción formal de la UCR, por entonces contendientes internos de Cobos y los lamados "radicales k", tampoco obraron de la mejor manera al impedir por todos los medios legales y de los otros que el radicalismo pudiera contar con candidatos propios a la presidencia y vicepresidencia de la Nación en los comicios de 2007 y condujeron al partido a un conglomerado electoral que terminó sustentando la candidatura presidencial de un afiliado al justicialismo y ex ministro de Kirchner, con lo que terminaron de diluir la opción radical confundiendo aún más al electorado.

Pero volviendo al tema, la actitud en sí del vicepresidente Julio Cobos debe valorarse en esta coyuntura dejando de lado interpretaciones maliciosas y mezquinas, como un gesto que refirma la necesidad imperiosa de reconstruir el sistema político argentino a partir de la pluralidad de ideas y el fortalecimiento de la institucionalidad. Y con vistas a ello, la reconstrucción o reconducción de la UCR y de la oposición adquiere singular trascendencia.

En este sentido cabe entonces señalar que a Cobos, como otros tantos (gobernadores, intendentes, legisladores) que por diversas situaciones y circunstancias se encuentran fuera de la estructura orgánica formal del radicalismo, no puede negársele el haber obrado de acuerdo al sistema de valores aquilatados a partir de una formación cultural y política de esencia y raíz radical, valga la redundancia.

"Defensa de la Constitución Nacional", "Federalismo", "Libertad de Sufragio", "Intransigencia" son, siguiendo la línea del maestro de radicalismo Dr. Eduardo Bautista Pondé en "Doctrina de la Unión Civica Radical" (Instituto Yrigoyeneano, 1989) cuatro principios doctrinarios de carácter prefundacional de la Unión Cívica Radical y que podríamos decir que conformaron la determinación del Vicepresidente a la hora de emitir su voto en la histórica sesión de la Cámara Alta.

Cobos es un hombre que proviene de la vida universitaria, en la que se formó no solamente como ingeniero civil, sino en la que de acuerdo a sus propias declaraciones se adscribió al radicalismo. Siempre han sido los claustros universitarios, amén de los ámbitos de formación académica de nuestra juventud, los centros de difusión ideológica y doctrinaria de la Unión Cívica Radical y el semillero donde reclutó a sus cuadros dirigentes más importantes.

El radicalismo, es obvio, atraviesa por estos tiempos su más profunda y prolongada crisis desde que fuera fundado en la última década del sigo XIX. Sin embargo ha transitado los tres siglos y diversas coyunturas problemáticas, y aún en las críticas circunstancias en las que se encuentra, no puede omitirse su influencia siquiera cultural en la formación de cuadros de gobierno aunque militen en tendencias políticas diferentes a la divisa rojiblanca. Un ex presidente de facto al que no vale la pena mencionar, sostuvo alguna vez que era imprescindible recurrir al radicalismo como escuela de gobierno y de formación política.

En los días previos al desenlace del trámite parlamentario de las retenciones auspiciadas por el gobierno de Cristina Fernández, el vicepresidente auspició y participó de buen grado de un homenaje al doctor Hipólito Yrigoyen organizado por el Instituto Nacional Yrigoyeneano en el Salón Azul del Palacio del Congreso por el 75° aniversario de su fallecimiento. Ello debió de haberse tomado como una señal.

El posterior voto de Cobos aportó fundamentalmente valores y principios históricamente ligados a la tradición radical: respetar las instituciones de la república, custodiar las libertades, promover el diálogo y la búsqueda de consensos, defender de la división de poderes, apoyar la producción nacional, custodiar las libertades, por citar solamente algunos.

La figura constitucional del vicepresidente de la República ha sido y es por estas horas objeto de escarnio y difamación por parte de personeros del gobierno nacional, quizá interesados en provocar una crisis institucional que fuerce el desplazamiento del ciudadano que desempeña dicha magistratura para impedir que permanezca en la línea sucesoria presidencial, como reaseguro del ejercicio del poder por parte al clan gobernante.

Desde la reforma constitucional de 1994 el presidente y el vicepresidente son votados en un único acto y por el sufragio directo de los ciudadanos, razón por la cual el segundo cuenta con la misma legitimidad que el primer término del binomio. El régimen constitucional argentino ha sufrido demasiados embates en la historia contemporánea como para que se tolere con cómplice silencio un ruin operación cuyo objetivo es el socavamiento de las instituciones democráticas, cualquiera sea el interés que se persiga.

Por eso, un deber de la sociedad argentina en general pero fundamentalmente del sistema político y sus principales actores en particular amparar y proteger la institución vicepresidencial como resguardo de la vigencia del régimen republicano y representativo en toda su plenitud.

Un párrafo final para el radicalismo, vilipendiado por extraños y socavado por propios. No debería desperdiciar la oportunidad que se le ha presentado casi providencialmente por los desatinos del oficialismo, sobre todo a partir del traslado del centro de la escena al Congreso, de constituirse en vértice de una opción política consistente, capaz de ser alternativa para cuando se produzca el inexorable desenlace del modelo de poder kirchnerista.

Seguramente dicha construcción no deberá asentarse en forma exclusiva sobre la UCR, pero el aporte de su territorialidad y su estructura orgánica serán determinantes. No podrá soslayarse el innegable protagonismo que deben tener en esta construcción Elisa Carrió y Margarita Stolbizer, como algunos gobernadores radicales. Por eso es esperable que lejos de asumir actitudes expulsivas y reprobatorias el radicalismo oficial, el que tiene sede en el viejo edificio de la calle Alsina, pueda ser receptivo para con expresiones políticas surgidas de su propio tronco que, en el acierto o en el error, eligieron en algún momento de su trayectoria alejarse de la vieja casa para emprender un camino propio diverso. Una especie de panrradicalismo que sea algo así como la suma de las partes, si bien no el todo.

Si es capaz de articular la tradición yrigoyeneana con una actitud abierta y renovadora que ofrezca un proyecto de país que en el marco de los principios de libertad y justicia privilegie el progreso económico con equidad social, habrá hecho una vez más en sus más de once décadas de vida una invalorable contribución a la salud del país.

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GEN RADICAL
Por Marcos Zapata.



Y perdió el gobierno. Algo que parecía imposible, sucedió. Como en el basquet. En tiempo suplementario. Cobos dio el último punto. "Mi voto no es positivo", dijo el Vicepresidente. Y al kirchnerismo se le vino el mundo abajo. Picheto, que se movía en su banca como apurado por ir al baño, se lo quería comer. Los militantes K, enfurecidos, se acordaron de su madre. Y en Olivos se habrán arrepentido de llevar a un radical como Vice. Se habrán acordado de que los radicales no creen en el verticalismo ciego, en la obediencia debida , en el "Si Señor" que practica el peronismo, sin pensar en la sociedad. Para los radicales esta el bien de todos, ante todo. Y escuchan a la sociedad, antes que pensar en su beneficios personales.
Para los radicales fue, seguramente, un orgullo escuchar a Julio Cesar Cobos. Quien mas allá de haber traicionado a la UCR, para ir de candidato con Cristina, no puede dejar de SER y ACTUAR como RADICAL. Como sucede con otros que están en la concertación y en otros engendros partidarios.
El Gen Radical, apareció en el momento justo, para pacificar el país. Como apareció cuando Alfonsín tuvo que decidir entre sacar las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, o enfrentar a la sociedad con un poder militar que era fuerte en los ochenta. Hoy en día es fácil derogar esas leyes, sin generales ni ejercito fuerte en la otra vereda. Apareció cuando el mismo Alfonsín debió firmar el Pacto de Olivos, para que Menem no sacara una reforma constitucional que hubiera causado grandes estragos al país. Gracias a ese Pacto, hoy el Senado tuvo votos por la minoría que ayudaron a rechazar la 125.
El debate en el Senado, fue como los partidos olímpicos de basquet, donde las selecciones se enfrentan a los Dream Team norteamericanos, que además tienen reglas que los benefician. Siempre se llevaron el Oro Olímpico. Pero se aburguesaron y creyeron que ganaban siempre. En las últimas olimpiadas, Argentina los dejo terceros y se llevo el oro olímpico, gracias a un trabajo de equipo, con esfuerzo y paciencia. El Peronismo siempre se creyó un Dream Team, que ganaba con facilidad. Que le arruinaba el gobierno a cualquier radical que se atreviera a gobernar. Desde la calle o el Congreso. Desde los gremios o los medios. Pero el miércoles la historia cambio. Gracias a gracias a un trabajo de equipo de Morales, Sanz y otros dirigentes radicales, con esfuerzo y paciencia, el radicalismo batallo hora tras hora contra el proyecto oficial que partió al país. Y cuando parecía todo perdido. Rached y Cobos votaron en contra del gobierno y Argentina se llevo una vez más el Oro Olímpico. En realidad, el ORO NACIONAL. Otra historia comienza en el país.


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La defensa de la libertad.
Por Gonzalo Berra



Creo que el radicalismo expresa muchos valores.

El primero de ellos es la defensa de la libertad.

Creemos en la libertad en todas sus formas y sabemos que no hay libertad sin justicia, sin reglas compartidas, sin respeto a la diferencia, sin instituciones sólidas que defiendan a los ciudadanos de los atropellos de quienes se consideran depositarios de la verdad absoluta.
Esta visión nos une a muchos otros actores políticos que no necesariamente comparten el resto de nuestras ideas.
Por ejemplo, sobran políticos que creen en el funcionamiento de las instituciones de la República, pero no piensan en que el estado tiene que intervenir en la economía para promover la igualdad de las oportunidades. Lo inverso también vale.

Desde mi punto de vista, ni los "liberales" defienden la libertad como nosotros ni "los cívicos" defienden la igualdad como el radicalismo.

Eso nos hace únicos y nos da nuestro lugar en la política.

Cobos defendió la libertad.
Lo hizo como un radical, entendiendo que la paz es el prerrequisito para ejercerla. Utilizó con sensatez los mecanismos de las instituciones de la República que los ciudadanos pusieron en sus manos.

Queda pendiente entender cómo alguien con ese pensamiento, compartió un espacio político con quienes irresponsablemente pusieron a nuestra sociedad al borde del abismo, por un tema que, a todas luces, no justifica semejante vértigo.

Los radicales trabajamos por un país en el que los seres humanos, librados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias.

Siempre.


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De cómo fue que llegamos hasta esta absurda situación.
(No es ni una nota periodística, ni una reseña histórica)
Por Jorge Covián.



El 17 de julio amaneció mas temprano en la Argentina, muchos no durmieron o lo hicieron muy poco. Hoy 17 de julio de 2008, un vicepresidente, votó en contra de un proyecto de ley que mandó su compañera de fórmula, la Presidenta del país.

Este hecho, que roza lo absurdo, políticamente hablando, es ni más ni menos que el patético resultado del estilo K de hacer gestión de gobierno. Trataremos de explicar esta postura.

La señora Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, ganó hace nueve meses las elecciones presidenciales, en forma fácil y cómoda. El binomio presidencial, ella y su marido el ex presidente, asumieron el 10 de diciembre y desde el primer día comenzaron a marcar la cancha.

No hubo casi cambios en el gabinete de Cristina pues el que venía funcionando lo hizo tan bien que no hacía falta, solamente se reemplazó a quienes se fueron a cumplir con los compromisos a los que se postularon, o a cargos diplomáticos. De Vido, Moreno, Jaime, Albistur, o Parrili por citar a los mas conocidos, son todos personajes que desde las entrañas del gobierno, “sonaban” como reemplazables, pues la señora Presidenta no los tenia como parte de su equipo. Néstor se mantuvo firme y solo se realizaron cambios cosméticos, una ex PAMI, por un gordo alborotador, un ministro vociferante, a un ministerio mas tranqui, fueron algunos de los cambios más notorios.

Pero indudablemente la estrella de las novedades la constituyó el joven brillante de la economía que Cristina impuso sin dificultad, pues el ministerio estaba casi vacante después del problemita de Felisa Micelli, y su desmemoria con respecto a dólares que nunca supo explicar de quien eran, y olvidó en un baño.

Martín Lousteau. Llegó henchido de fama, de egresado de una Universidad paqueta y liberal, llegó cargado de buenas ideas transformadoras y progresistas, llegó para profundizar el cambio. Ese Martín “El flaco” Lousteau, que pretendió negarse a firmar el decreto para la contratación del tren bala, y fue obligado a hacerlo, ante el enojo del jefe de gabinete y cuando amenazó con la renuncia éste le habría dicho al oído:
“Mirá nene, en este gobierno los ministros no renuncian, se van cuando los echan, guardate esa renuncia y andá a trabajar que hay mucho por hacer” Ese joven brillante, esa promesa de la economía vernácula, fue el autor de la idea que nos trae al día de hoy.

Una mañana no muy lejana, Lousteau se levantó, miró el listado de cuentas a pagar, subsidios varios, trenes bala, empresas amigas, viáticos de viajes etc. Y dijo: “¿Y ahora de donde saco más plata?” Y ahí fue cuando se le ocurrió elevar las retenciones a la exportación de soja, y nació la famosa resolución 125, que aumentaba las retenciones a la soja del 35% unos 8 puntos más, el campo que hasta entonces acataba calladamente rezongó, el ejecutivo, miró para otro lado y ahí todo comenzó a oscurecerse.

El gobierno, dejó de hacer política y emprendió una pulseada absurda, sus operadores y sobretodo el Ministro plenipotenciario, el presidente que ya fue, el esposo, “el maridistro”, que comanda al partido del gobierno, salió a escena con más fuerza y ganas que nunca, dando conferencias de prensa, que nunca dio de presidente. Mandando a su esposa a exponer su postura intransigente en cuanta oportunidad tuviera. Ahí se la vió a la señora Presidenta, cortando cintas de un criadero de abejas monocromáticas y hablando de la soja y el problema que esta causaba a esos pobres bichitos. Exponiendo sus saberes adquiridos y diciéndose una experta en el tema.

En medio de todo esto, los “Fernández” pusieron en bandeja de plata la cabeza del joven economista, y en retribución otro Fernández (El invisible) aterrizó en la cuestionada cartera.

Los ánimos no cambiaron, el gobierno mandó a toda la tropa a calmarlos, “Como sea” hasta Hebe de Bonafini, salió destemplada a pedir “represión a palos contra esos corta rutas, que son los que secuestraron a nuestros hijos, para ellos no debe haber ni justicia” vociferó dejando a todos boquiabiertos, pues ella la abanderada de los reprimidos por la dictadura, ella, líder de uno de los sectores que representan la bandera de la lucha contra la represión sin ley, ella, pide garrote y fuerza bruta contra los del paro.

D’Elia, pegando y reclamando la plaza de mayo como propia, o el líder camionero y secretario general de la CGT, Hugo Moyano, mandando a sus muchachos a intimidar chacareros, fue parte de este desgobierno. El campo llamaba a un acto, Néstor armaba otro, todos jugando a los chinos. Si ponen carpa, nosotros ponemos mas, si ellos van a Palermo nosotros reventamos la plaza de los Dos Congresos, y no importa si aquel acto triplica en gente al nuestro.

“Son como los comandos civiles, y de los grupos de tareas”, “son la oligarquía ganadera, son los cipayos que vendieron la nación”. Bramaba el jefe del partido gobernante mientras sus ministros armaban carpas, alimentaban la tropa, y armaban estrategias para comprar voluntades.

Nadie quedó fuera de estas estrategias, Ramón Saadi, viejo conocido de los argentinos, el que sabe comprar pero mejor sabe vender, rápidamente puso precio a su voto y consiguió un cargo para su hermana y ex senadora, en el directorio de un banco oficial. Para él, financiación y apoyo contra sus enemigos en la futura campaña a la gobernación de Catamarca. Hasta se pensó en alguna oferta para Carlos Saúl, pero la resquebrajada salud de este, mas los gestos de soberbia de su entorno los hicieron abandonar la idea. Al ex gobernador de la Rioja, Mazza, intervenido y negado por todo el oficialismo, fue seducido a cambio de un cargo en el ejecutivo de la Nación, que lo aleje de la mano de la justicia de su provincia que acaba de procesarlo, y así su hermana senadora daba apoyo a la propuesta oficial

Pero, todo eso no alcanzó. Los propios, avisaron, los ajenos se mantuvieron en sus trece. Y pesaron mas las razones que las presiones. El empate derivó en un Julio Cobos, austero y nervioso, que mostraba su origen radical, cuando supo sustentar los valores demócratas, la importancia sostener las instituciones de la república por sobre las cuestiones personales.

Y llegó el día después, nervios y silencios fueron las primeras reacciones colmadas de rumores de renuncias. El atardecer de ese día agitado mostró a la presidenta cortando las cintas de un aeropuerto chaqueño, y aprovechando para hablar de “Defecciones entre los propios” y gente que no entiende entre los demás, “pero ya entenderán” dijo subida a su soberbia.

Las horas pasaron, y la Presidenta, comenzó a demostrar, que a pesar de todo lo que se venía diciendo nada había cambiado. “El que me traicionó fue Cobos” dijo ante un auditorio de legisladores leales. Olvidando a los propios que votaron en contra y el origen extrapartidario que tanto valorizó, por entonces al presentar a su compañero de fórmula.

Después su ministros Fernández salieron a escena, uno aminorando el golpe recibido y diciendo que es un hecho mas, que se debe seguir adelante, Aníbal. Otros anunciando el decreto que dejaba sin efecto la conflictiva resolución, y anunciaban nuevas propuestas y medidas por venir, Alberto y Carlos.

Y aquí es donde la sociedad, comienza a preocuparse. Resueltos a no aceptar que esa batalla se perdió, el gobierno sale a demostrar que los del campo y todos los que los apoyaron, no tienen razón, y para ello bajaran subsidios otorgados. Para comenzar, lo estarían haciendo con el transporte, los molinos harineros, seguramente las lecheras, y así producir un blanqueo de precios que asuste a la sociedad, y señale a los sojeros, y el país que los apoyó, como responsables directos, de esa calamitosa realidad inflacionaria.

El traidor fue Cobos, es la respuesta de alguien que jamás supo asumir un error, la culpa es del campo, dirán los voceros oficiales. Pero nadie, ninguno de ellos, explicará porque, no hay retenciones a la renta financiera, a los productores aceiteros, a la minería, al juego, (al que se le prorrogan sus permisos por muchísimos años y no se les saca nada de los miles de millones que ganan). Entre tantas cosas para corregir, sin nombrar al siempre citado tren bala.

La oposición deberá asumir en forma clara y contundente que esa realidad existe y salir ya, a expresar ante la sociedad este panorama de crisis. Sin golpes bajos sin aprovechar escenarios de triunfo. Solamente haciendo política, realizando docencia, y señalando a los culpables. Dejando de lado actitudes oportunistas, y voces “Iluminadas”
La sociedad reclama seriedad, contundencia y sobretodo coherencia.

El radicalismo demostró en estos cuatro meses que está a la altura de las circunstancias, acompañó el reclamo del campo señalando, siempre, la importancia de las retenciones. Los diputados y senadores de la UCR, expresaron ante sus votantes esa forma de pensar y fueron fieles a la hora de votar en el recinto legislativo. Operaron por sobre sus pares dubitativos, logrando importantes cambios de postura, sin sobornos, ni prebendas.

Otros intentaron acaparar prensa, subir a escenarios y se desesperaron por ocultar su incapacidad en las dos cámaras, aludiendo místicas posturas, ningunearon y quedaron fuera de foco. Es hora de trabajar por el país, por el sostenimiento del sistema democrático, por posicionarse como LA VERDADERA Y ÚNICA OPOSICIÓN seria, con propuesta y proyecto.

Mientras el gobierno, siga buscando culpables, jugando a los chinos, conjugando siempre el verbo “yonofui” no habrá salida, para ellos ni para el país.-

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